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El agujero en la manga

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Había una vez un chaval cuya familia era muy humilde. En su casa no abundaba el dinero, conque no podía permitirse estrenar ropa nueva cuando se le antojaba. Acostumbraba a vestir unos gastados pantalones oscuros y unas botas tan viejas que el dedo gordito de su pie izquierdo estaba a puntito de atravesar el cuero.

Pero lo que le verdaderamente le preocupaba era que, día a día, asistía a la escuela con una camisa blanca que tenía un enorme orificio en la manga. Le daba mucha vergüenza que sus compañeros le mirasen y, en lugar de atender a las explicaciones del profesor, se distraía procurando esconder el roto por el que asomaba el codo.

Durante semanas le solicitó a su madre que le remendase la camisa, mas la mujer iba siempre y en todo momento con tanta prisa que jamás tenía tiempo para hacerlo. Agobiado, se lo solicitó a sus hermanas mayores.

– ¿Podéis zurcirme la camisa alguna de vosotras?

¡Caso omiso! Las chicas estaban entretenidas jugando y riendo y ni tan siquiera le escucharon.

Un día, 2 tías suyas con las que tenía buena relación, pasaron al lado de su casa y las vio desde el portal. Corriendo, se aproximó a ellas para solicitarles ayuda.

– ¿Podríais entrar un instante y zurcirme el orificio que tengo en la manga?

– ¡En otro instante, querido sobrino! Vamos con prisa a ver al doctor. Hace unas semanas que tenemos una tos realmente fuerte y nos ha convocado en 5 minutos en su consulta.

– Está bien… ¡Adiós!

El pobre chico se sentía fatal ¡Estaba resuelto a no pisar la escuela con la camisa rota jamás más! Entró en su habitación, ocultó los libros bajo la cama y en lugar de asistir a sus clases, fue a dar un largo camino por el bosque.

Era un bonito día de primavera y el sol se colaba entre las ramas iluminándolo todo, mas el joven se sentía realmente triste. Le daba igual el precioso canto de los pájaros y ni se fijó en el rico aroma que desprendían las flores. Merodeaba sin rumbo y solo tenía un pensamiento en la cabeza:

– ¿Quién zurcirá mi camisa rota? ¿A quién se lo puedo pedir…?

Se paró bajo la sombra de un eucalipto y, de pronto, vio de qué forma desde el árbol descendía una arañita. Estaba colgada de su hilo de seda y se columpiaba a la altura de sus ojos ¡El chico se puso orate de contento!

– ¡Hola, amiga araña! Quisiese solicitarte un favor ¿Podrías zurcir mi camisa? Tengo un orificio muy grande y no deseo que absolutamente nadie se burle de mi aspecto. Sé que las arañas sois especialistas costureras y absolutamente nadie mejor que resolvería mi inconveniente ¿Serías tan afable de ayudarme…?

La araña miró la carita del chaval, percibió la preocupación en su mirada y le devolvió una tierna sonrisa. En silencio, empezó a balancearse y el hilo de seda cedió hasta el momento en que sus 8 patitas se posaron sobre el orificio de la camisa. Con veloces movimientos, empezó a hilar una lona muy resistente para remendar el estropicio. En pocos minutos acabó su tarea y el chaval comenzó a dar saltos de alegría.

– ¡Mil gracias! ¡Eres excelente! ¡La has dejado como nueva!

Estaba tan feliz que, si bien solo tenía una pequeña canica en los bolsillos, decidió obsequiársela a su nueva amiga del bosque.

– Ten, ahora es tuya. Espero que te diviertas mucho con ella ¡Jamás voy a olvidar lo que has hecho por mí!

Se despidieron con un caluroso adiós y el chico volvió corriendo a su casa. Sin perder tiempo, cogió sus libros y se presentó en la escuela. Muy contento, se sentó en su silla de siempre y en todo momento y, como ya no tenía nada de qué abochornarse, se dedicó a oír con atención la lección que daba su querido profesor.

Curiosamente, ese día la explicación viraba en torno al planeta de los arácnidos y a su habilidad para hilar. El chaval no pudo eludir mirar nuevamente la manga de su camisa. Complacido, recordó el buen trabajo que había hecho su querida arañita y ¿sabéis qué pensó? Puesto que en lo agraciado que era por haber podido revisar en persona lo que el maestro repetía una y otra vez: ¡La naturaleza es sabia y fantástica!

© Cristina Rodríguez Lomba

Licenciada en Geografía y también historia. Especialidad Arte Moderno y Moderno.

Registrado en SafeCreative.

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