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CUENTO EL PATITO FEO

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Adaptación del cuento de Hans C. Andersen

Era una hermosa mañana de verano en el estanque. Todos y cada uno de los animales que allá vivían se sentían felices bajo el caluroso sol, de manera especial una pata que de un instante a otro, aguardaba que sus patos viniesen al planeta.

– ¡Hace un día fantástico! – pensaba la pata mientras que descansaba sobre los huevos para darles calor – Sería ideal que el día de hoy naciesen mis hijitos. Deseo verlos pues seguro que van a ser los más bonitos del planeta.

Y semeja que se cumplieron sus deseos, por el hecho de que a media tarde, cuando todo el campo estaba en silencio, se oyeron unos crujidos que despertaron a la futura madre.

¡Sí, había llegado el momento! Los cascarones empezaron a romperse y muy despacio, fueron asomando una a una las cabezas de los pollos.

– ¡Mas qué bellos sois, hijos míos! – exclamó la orgullosa madre – De esta forma de bonitos os había imaginado.

Sólo faltaba un pollo por salir. Se ve que no era tan hábil y le costaba romper el cascarón con su pequeño pico. Al final asimismo logró estirar el cuello y asomar su enorme cabeza fuera del cascarón.

– ¡Mamá, mamá! – afirmó el extraño pollo con voz chillona.

¡La pata, cuando le vio, se quedó espantada! No era un pato amarillo y regordete como el resto, sino más bien un pato grande, gordito y negro que no se parecía nada a sus hermanos.

– ¿Mamá?… ¡Tú no puedes ser mi hijo! ¿De dónde va a haber salido una cosa tan fea? – le reprendió – ¡Vete de acá, farsante!

Y el pobre pato, con la cabeza gacha, se distanció del estanque mientras que de fondo oía las risas de sus hermanos, burlándose de él.

Durante días, el pato feo merodeó de un lado para otro sin saber a dónde ir. Todos y cada uno de los animales con los que se iba encontrando le rechazaban y absolutamente nadie deseaba ser su amigo.

Un día llegó a una granja y se halló con una mujer que barría el establo. El pato creyó que allá podría hallar cobijo, si bien fuera a lo largo de una temporada.

– Señora – afirmó con voz trémula- ¿Sería posible quedarme acá unos días? Necesito comida y un techo bajo el que vivir.

La mujer le miró de reojo y admitió, con lo que a lo largo de un tiempo, al pequeño pato no le faltó de nada. En honor a la verdad, siempre y en toda circunstancia tenía mucha comida a su predisposición. Todo parecía ir sobre ruedas hasta el momento en que un día, escuchó a la mujer decirle a su marido:

– ¿Has visto de qué forma ha engordado ese pato? Ya está bastante grande y lustroso ¡Creo que ha llegado el momento de que nos lo comamos!

El pato se llevó tal susto que salió corriendo, atravesó el cercado de madera y se distanció de la granja. A lo largo de 15 días y 15 noches deambuló por el campo y comió lo poco que pudo localizar. Ya no sabía qué hacer ni a donde dirigirse. Absolutamente nadie le quería y se sentía muy desdichado.

¡Mas un día su suerte cambió! Llegó por casualidad a una laguna de aguas cristalinas y allá, deslizándose sobre la superficie, vio una familia de bellos cisnes. Unos eran blancos, otros negros, mas todos esbeltos y majestuosos. Jamás había visto animales tan preciosos. Un tanto abochornado, levantó la voz y les dijo:

– ¡Hola! ¿Puedo darme un chapuzón en vuestra laguna? Llevo días caminando y necesito refrescarme un tanto.

-¡Por supuesto que sí! Acá eres bienvenido ¡Eres uno de los nuestros! – afirmó uno que parecía ser el más anciano.

– ¿Uno de los vuestros? No entiendo…

– Sí, uno de los nuestros ¿Quizás no conoces tu aspecto? Agáchate y mírate en el agua. El día de hoy está tan limpia que semeja un espéculo.

Y de este modo hizo el pato. Se inclinó sobre la ribera y… ¡No podía creérselo! Lo que vio le dejó pasmado. Ya no era un pato gordito y desnarigado, sino en los últimos días se había transformado en un precioso cisne negro de largo cuello y hermoso plumaje.

¡Su corazón brincaba de alegría! Jamás había vivido un instante tan mágico. Entendió que jamás había sido un pato feo, sino había nacido cisne y ahora lucía en su esplendor.

– Únete a nosotros – le invitaron sus nuevos amigos – De ahora en adelante, te vamos a cuidar y vas a ser uno más de nuestro clan.

Y feliz, muy feliz, el pato que era cisne, se metió en la laguna y compartió el camino con aquellos que le querían de veras.

© Cristina Rodríguez Lomba

Licenciada en Geografía y también historia. Especialidad Arte Moderno y Moderno.

Registrado en SafeCreative.

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cuento del pato feo: La historia

El cuento de El pato feo original se publicó por vez primera en el mes de noviembre de mil ochocientos cuarenta y tres y si bien tiene ya prácticamente doscientos años, prosigue siendo una historia que agrada hoy día a grandes y pequeños por igual.

Se ha llevado al cine de la mano de Walt Disney, primero en una versión en blanco y negro hecha en mil novecientos treinta y uno y más tarde una versión en color que llegó a ganar un Oscar.

El cuento es un reflejo del autoestima y la confianza en si mismo, sobre lo que piensan el resto. La moraleja que oculta el cuento se concibió a fin de que los niños aprendan a vivir respetando las diferencias y eludiendo los prejuicios.

Andersen, el creador de El pato feo

Se afirma que el cuento en sí es de manera profunda autobiográfico y que Andersen fundamentó la historia en sus experiencias de pequeño, puesto que pasó su niñez marginado por ser tímido, socialmente torpe y poco afortunado físicamente.

El cuento infantil “El pato feo” se centra asimismo en resaltar el valor de la familia y la pertenencia a un conjunto, y de qué forma sentirse rechazado en estos aspectos puede crear problemas en el desarrollo de la identidad.Si bien supuestamente infantil y simple, el cuento es un tremendo análisis sociológico y las posibles influencias que la sociedad ejercita prácticamente de forma inconsciente en el desarrollo individual de la personalidad de los individuos, algo sorprendente para la temporada, sobretodo por su enfoque crítico, teniendo presente que se escribió en el siglo XIX.

Podemos decir que Andersen fue el genuino pato feo en tanto que se sintió rechazado y tuvo una niñez difícil. La historia se usa de forma frecuente para para referirse a los prejuicios y a que las personas tienen un valor alén de lo que puedan parecer por su apariencia. Podemos ver cierta “justicia poética” en el resultado del cuento, donde Andersen deja en patentiza a los que se burlaban del protagonista… Unos simples y comunes patos que deben admirar ahora el esplendor de un hermoso cisne que acaba por localizar a sus semejantes, un enfoque un tanto elitista y elitista, prácticamente escrito desde el rencor, mas donde vemos la fuerte semejanza con la vida del autor en la historia del pato feo que se convierte en un cisne erudito y puro…

La moraleja tras El pato feo

La historia examina las contrariedades que un niño o bien adolescente puede atravesar a lo largo de su desarrollo, sobretodo cuando se siente diferente a el resto. Las diferencias, no solo han de ser admitidas si no que son un regalo que nos hace únicos y singulares, esa es la enseñanza primordial del cuento.

Recuerda, que siempre y en todo momento puede haber un cisne imponente y bonito oculto en el cuerpo de un pato feucho y torpe.

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