¿Sabes quién ideó la bici? Puesto que la verdad es que…NADIE ideó la bicicleta, tal como la conocemos el día de hoy, esencialmente pues esta poderosa máquina es producto de más de doscientos años de evolución que han ido dando sitio a lo que se conoce por bici en nuestros días.
El prototipo de la bici fue inventado por el artesano francés “Comte Mede De Sivrac”, en la década de mil setecientos noventa. Su vehículo se llamaba Celerifere o bien Velocifere, mas este invento estaba tirado por caballos, con lo que tampoco puede considerarse un genuino precursor de la bici.
Ya en el siglo XIX (1817) apareció el conocido como “Draisine”, patentado por un noble alemán llamado Karl Drais Von Sauerbronn. Este modelo sí que tenía 2 ruedas y un marco de madera con un manillar giratorio conectado, lo que dejaba virar la rueda delantera y se hizo muy popular en Inglaterra y otras zonas de Europa. Fue tan triunfante su modelo que pronto empezaron a surgir copias en diferentes lugares y se añadieron otros elementos como el reposabrazos o bien los asientos graduables. El responsable de incorporar los pedales, que se hallaban conectados a la rueda trasera, sería un herrero escocés llamado Kirkpatrick Macmillan en el año mil ochocientos treinta y nueve.
Esto hace que muchos consideren a Macmillan el auténtico inventor de la bicicleta, si bien como hemos podido ver fueron múltiples las personas que contribuyeron verdaderamente a su aparición.
A principios de la década de 1870 la tecnología y el empleo de la bici ya habían adquirido mucha relevancia y popularidad, y pronto los modelos más viejos fueron siendo sustituidos por las bicis más actuales. Bastidores y horquillas tubulares de acero hueco, rodamientos de calidad, ruedas con radios de tensión, llantas de acero, neumáticos de goma maciza…. Y se piensa que fue James Starley, en 1871, la persona encargada de establecer el estándar de diseño para la bicicleta con el que más familiarizados estamos hoy día, poniéndole por nombre “Ariel”. Este modelo de bici tenía una rueda delantera de ciento veintidos cm y una rueda trasera de setenta y seis cm. Las fecundas mejoras de Starley para bicis y triciclos duraron prácticamente una década, y le sirvieron para percibir el título honorífico de “padre del comercio del ciclo”.
Después de mil novecientos, se hicieron incontables mejoras en los materiales, el diseño del cuadro y los componentes, mas el diseño básico de la bici continuó prácticamente estático. La mejora técnica más significativa fue el cambio de velocidad múltiple.
Los corredores franceses son los que más experimentarían con esta pluralidad de mecanismos de velocidad múltiple, hasta el momento en que en el año mil novecientos veinte brotara el vehículo en EE.UU., lo que empezaría a mover un tanto a la bici, quedando más asociadas a las personas jóvenes que todavía no podían conducir.
Pero, por suerte, aquello solo fue temporal, por el hecho de que con el tiempo se vio que las bicis no habían perdido su función y por eso el día de hoy prosiguen formando una parte de la vida de las personas y del paisaje de las urbes, cada vez con más fuerza. Y es que el turismo no podía mover a la bici en algo tan esencial como sabemos hoy, y es en su respeto por el medioambiente.