Portada » cuentos cortos infantiles para niños » Paz entre los animales
Disfruta de este cuento como quieras
00:00/00:00
Una mañana radiante de verano, un gallo de colores salió a dar un camino por el campo. Hacía poco que el dueño de esa tierra había sembrado, conque sabía de forma segura que allá hallaría semillas y con suerte algún pequeño verme que llevarse al pico.
Andaba distraído hurgando por acá y por allí cuando vio que una zorra brotaba silenciosamente de entre la maleza que rodeaba la finca.
– ¡Ay, esa zorra viene a por mí! ¡Debo ponerme a salvo!
El gallito de colores miró de manera rápida a su alrededor y percibió un solo árbol a pocos metros de donde estaba. Sin tiempo para meditar en un plan mejor, echó una carrera sin parar de aletear y se subió a la copa.
Unos segundos después la zorra llegó jadeando hasta el leño, miró cara arriba y le gritó:
– ¡Hola, amigo gallo! ¿Por qué razón has escapado de mí? No comprendo qué haces encima de ese olivo… ¿Es pues te doy temor?
El gallo, tremiendo como un flan, le contestó:
– Puesto que sí… ¡Para serte franco, tu presencia me genera genuino pavor!
La taimada zorra, que deseaba que el gallo bajara para hincarle el diente, puso cara de buena y comenzó a engañar como una malvada.
– Vaya, puesto que no sé por qué razón me temes ¿Quizás no te has enterado de que en esta zona hay una nueva ley?
El gallo puso cara de sorpresa y sintió curiosidad. Sin moverse ni un pelo de la rama a la que estaba aferrado, preguntó:
– ¿De qué nueva ley me hablas?
La zorra, muy ladina, prosiguió con su pantomima.
– ¡Uy, qué poco informado estás!… Esta semana se ha publicado una nueva ley que nos fuerza a todos y cada uno de los animales y humanos a vivir en paz ¡Tenemos totalmente prohibido hacernos daño los unos a los otros!
El gallo la miró fijamente a los ojos y no sintió buenas vibraciones. Algo en su interior le afirmaba que no se fiase lo más mínimo de esa raposa de pelaje rojizo y morro puntiagudo con buenas dotes de actriz.
– ¡Eres una mentirosa! ¡Tú lo que deseas es comerme!
La zorra se esmeró todavía más en parecer contundente.
– ¡Te juro que no te estoy engañando! Con lo que veo es una ley que todo el planeta conoce menos tú… ¡Baja y te voy a explicar con calma todos y cada uno de los detalles!
El gallo comenzaba a dudar ¿Y si no estaba actuando y afirmaba la verdad?…
La zorra iba a abrir la boca para proseguir su mentira cuando de súbito escuchó un estruendo a sus espaldas. Se viró y descubrió con horror que eran 2 cazadores armados hasta las cejas.
– ¡Oh, no, estoy en riesgo!… ¡Yo me piro!
La zorra echó a correr como ánima que lleva el demonio y el gallo desde arriba le gritó:
– ¡Eh, amiga!… ¿Por qué razón escapas? ¿No afirmabas que todo el planeta conoce la nueva ley de paz entre hombres y animales? Si es de este modo esos tipos no van a hacerte daño y no tienes nada que temer.
La raposa, en plena escapada, vociferó:
– Ya, ya, mas cabe la posibilidad de que los cazadores tampoco se hayan enterado de que esa ley existe ¡Adiós y hasta jamás!
La zorra había querido mentir indignamente al gallo de colores mas le salió mal la jugada y quedó al descubierto que había mentido. El gallo continuó un rato más en la copa del árbol, y cuando todo volvió a la calma, retornó reposadamente al campo en pos de una exquisita lombriz para saciar su hambre.
© Cristina Rodríguez Lomba
Licenciada en Geografía y también historia. Especialidad Arte Moderno y Moderno.
Registrado en SafeCreative.
Estos cuentos asimismo te pueden gustar:
Kuta, la tortuga inteligenteGarbancitoLa enseñanza del amorLa historia de leyenda del arrozLas 3 truchasEl agua de la vidaCargando…
El navegador que usas está desactualizado. Las alocuciones no pueden reproducirse. Instala la remata versión del navegador Chrome para aprovechar de todas y cada una de las funcionalidades de los cuentos interactivos