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Pajarito remendado – Mundo Primaria

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En un oculto bosque cientos y cientos de pájaros diferentes entonaban día tras día sus más lindas armonías. Los debía toda clase y condición. Ciertos, por poner un ejemplo, tenían el trino grave y muy elegante, al tiempo que otros cantaban en un tono tan dulce como el de un flautín. Asimismo había mucha pluralidad conforme el color: pájaros cobrizos, pájaros blanquiazules, pájaros verdes con el pico moteado…

Entre ellos había uno que era muy popular pues había tenido la fortuna de nacer con un plumaje increíble, con más colores que el mismísimo arco iris. Era el pájaro más hermoso, mas asimismo el que más envidias despertaba.

Un día, una urraca negra que se moría de celos, le chilló con su característica voz rota y desagradable:

– ¡Cra cre cri, Pájaro Remendado, cri cro cru! ¡Cra cre cri, Pájaro Remendado, cri cro cru!

El pájaro ni la miró, mas la urraca prosiguió burlándose de él.

– De ahora en adelante te voy a llamar Pájaro Remendado ¿sabes por qué razón?… Puesto que por el hecho de que tienes una pluma de cada color y semeja que llevas un traje viejo lleno de apaños ¡Cri cro cru!

Al pájaro no le importó y con el mote de Pájaro Remendado se quedó.

Una mañana de sol, Pájaro Remendado se posó en la rama de uno de los árboles más altos del bosque. Cantaba alegremente cuando, de pronto, un águila siniestra planificó sobre él, lo sujetó por sorpresa con su fuerte pico y se lo llevó volando.

El pobre Pájaro Remendado sintió de qué forma suelo se distanciaba y se diluía poco a poco más. Tremía como un flan y creía que era el fin de su vida.

– ¡Oh, no! Temo que esta noche las crías del águila cenarán un sustancioso pajarillo de colores… ¡Y soy esa cena!

Mientras tanto abajo en el bosque se montó un tremendo revuelo. Todos y cada uno de los pájaros, que apreciaban mucho a Pájaro Remendado, empezaron a gritar y a plañir cuando vieron que el águila se llevaba a su querido amigo.

– ¡El águila ha raptado a Pájaro Remendado!

– ¡Debemos hacer algo!

– ¡Pobre Pájaro Remendado, no se lo merece!

– ¡Lograremos que esa ladrona lo libere!

Pajarito Remendado, que tenía buen oído, escuchaba los lloros agobiados de sus amigos mientras que apreciaba la inaguantable presión del pico del águila sobre su débil cuerpecillo. Le quedaba poco tiempo y debía hallar una forma veloz y eficiente de librarse de la situación ¡Era cuestión de vida o bien muerte!

Pensó a toda velocidad y se dio cuenta de algo muy importante: la única ocasión que tenía de salvar su vida era logrando que el águila abriese el pico, conque fue a por todas y cada una.

– Señora águila ¿oye lo que afirman esos pájaros ahí abajo? ¡La insultan! ¡La llaman ladrona! ¿Quizás no va a responderles?

El águila prosiguió batiendo las alas haciendo como que no escuchaba los abucheos.

– ¡Devuélvenos a nuestro amigo!

– ¡Esto es vergonzoso! ¡Abusadora!

– ¡Maldita águila, suéltalo de una vez!

Pajarito Remendado se iba quedando sin fuerzas y poco faltaba para llegar al nido donde aguardaban los aguiluchos hambrientos ¡Debía proseguirse intentándolo!

– Señora águila… ¿No los oye? ¡Mas dígales algo! Si fuera la reina de las aves no permitiría que me insultaran ¡Por favor, hágase servir!

Ahora sí que el águila se sintió herida en su orgullo ¡Ella era la reina del cielo, la más respetada y admirada de todas y cada una de las aves del planeta y no podía permitir que la criticasen!

Su paciencia se acabó. Harta de insultos y de que la llamasen de todo menos bonita, pegó un grito que hizo tremer a las nubes:

– ¡Idos a freír espárragos y meteos en vuestros temas, panda de cotillas! ¡Yo soy el águila real y hago lo que me da la gana!

¡El águila cayó en la trampa! Para contestar la muy insensata abrió el pico y Pájaro Remendado quedó libre.

Durante unos segundos el débil pajarillo se balanceó a la merced del viento mas enseguida se enderezó, abrió sus alas y voló cara dónde estaban sus amigos, que conmovidos, corrieron a abrazarlo.

Pajarito Remendado había logrado salvarse merced a su ingenio y ahora volvía a estar con sus compañeros del bosque, riéndose y cantando como siempre y en toda circunstancia.

A partir de ese día Pájaro Remendado no solo fue conocido por su plumaje de mil colores y por su especial mote, sino más bien asimismo por su osadía y capacidad para salir de situaciones bastante difíciles.

© Cristina Rodríguez Lomba

Licenciada en Geografía y también historia. Especialidad Arte Moderno y Moderno.

Registrado en SafeCreative.

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