Saltar al contenido

Nasreddín y el huevo – Mundo Primaria

Portada » cuentos cortos infantiles para niños » Nasreddín y el huevo

Disfruta de este cuento como quieras

00:00/00:00

Hace muchos, muchos años, un inteligente chico llamado Nasreddín cogió un huevo, lo envolvió en un pañuelo blanco y limpio, y se fue a la urbe. Una vez allá, se dirigió a una plaza atestada de gente donde los mercaderes chillaban para animar a las mujeres a adquirir verduras frescas, coloridas lonas y hasta perfumes venidos de lugares lejanísimos.

Nasreddín se situó en el centro, a la vista de todo el planeta, y haciendo alarde de una poderosa voz, empezó a vocear.

– ¡Señoras y señores! ¡Acérquense! ¡Anímense a participar en un ameno concurso!

Enseguida se creó una enorme expectación. En torno a Nasreddín, se formó un remolino de personas que procuraban llegar a empujones a la primera fila. Nasreddín levantó la mano que sostenía el pañuelo y prosiguió voceando.

– ¡Tengo algo que anunciarles! Quien descubra lo que tengo envuelto en este pañuelo, va a recibir como regalo el objeto secreto que contiene ¡Venga, charlen, no se queden mudos!

¡Las caras de sorpresa de los presentes lo afirmaban todo! Unos a otros se miraban intrigados. Lo que había dentro parecía tener forma ovalada, mas como estaba tapado, no había forma de estar seguros. Nasreddín, viendo que absolutamente nadie afirmaba ni mu, deseó animar al mundo entero un tanto más.

– ¡Les voy a dar una pista! Lo que tengo en mi pañuelo se come, si bien primero es preciso quitarle la cascarilla. ¡Ah! Y otra pista más: lo ha puesto una gallina el día de ayer por la mañana.

La contestación parecía muy simple, mas en la plaza ya solo reinaba el silencio. Tan solo el joven levantaba la voz a fin de que le escuchasen bien.

– ¿Desean saber más cosas sobre lo que hay en el pañuelo? Puesto que les afirmaré que está compuesto de 2 partes: una yema amarilla y una clara que la envuelve.

Todos, incluyendo un mocoso que no debía tener más de 3 años y que se ocultaba detrás su mamá, imaginaban que se trataba de un huevo ¡Era muy evidente! Mas entonces… ¿Por qué razón absolutamente nadie se atrevía a decirlo? Puesto que pues pensaban: Es tan simple el interrogante que… ¿Y si me confundo? ¿Y si al final no es un huevo y hago el absurdo delante de todos los otros? ¡Qué vergüenza, con tanta gente mirando…!

Nasreddín insistió en que si alguien lo sabía, lo afirmara en alto. Aguardó unos segundos mas las decenas y decenas de personas que había allá congregadas bajaron la cabeza y callaron. El joven, entonces, charló nuevamente a viva voz.

– ¡Está bien! Ya verificarán qué objeto enigmático está oculto bajo la lona.

Despacito y con mucho cuidado, desató el nudo y descubrió el huevo. Lo levantó bien alto a fin de que pudiesen contemplarlo. Todos comenzaron a musitar y a decir a los que estaban a su lado que, desde el primer instante, sabían que era un huevo. Nasreddín hizo un ademán para solicitar la palabra.

– ¡Calma, por favor! ¡Tengo algo que deciros!

De nuevo la plaza se quedó muda. Solo se oía el arrullo de las palomas que revoloteaban sobre el tumulto.

– Todos sabíais qué había dentro, conocíais la contestación, mas ninguno os atrevisteis a decir nada ¿Y sabéis por qué razón? Pues teníais temor a fallar delante de vuestros vecinos y amigos. Espero que el día de hoy hayáis aprendido una cosa muy importante: en la vida hay que arriesgar, hay que ser valiente y no meditar exactamente en qué afirmarán otras personas.

Y dicho esto, Nasreddín guardó nuevamente el huevo en el pañuelo y se distanció dejando a toda esa gente meditando sobre esta gran enseñanza.

Moraleja: Muy frecuentemente la solución de las cosas es más simple de lo que semeja, mas nos complicamos la vida. Hay que ser valientes, apostar por aquello en lo que creemos y no meditar en que el resto nos puedan criticar. Sé mismo.

© Cristina Rodríguez Lomba

Licenciada en Geografía y también historia. Especialidad Arte Moderno y Moderno.

Registrado en SafeCreative.

Estos cuentos asimismo te pueden gustar:

Las 3 cabrasEl burro y el loboEl burro y la flautaEl cordero envidiosoLa esmeralda encantadaLa vieja y la gallinaCargando…

El navegador que empleas está desactualizado. Las alocuciones no pueden reproducirse. Instala la remata versión del navegador Chrome para aprovechar de todas y cada una de las funcionalidades de los cuentos interactivos

¡Haz clic para puntuar esta entrada!
(Votos: 0 Promedio: 0)