Saltar al contenido

La felicidad en la infancia

Cuántos de nosotros no hemos oído durante nuestra vida que para hacer dinero hay que sacrificarse mucho, que Fulanito es mejor que o bien, sencillamente, que no te rías. Nos han educado en la creencia de que la virtud está en la renuncia. Solo vas a poder ser rico si renuncias a hacer un montón de cosas que te agradan, vas a ser mejor persona si renuncias a parte de tu personalidad y vas a ser mejor considerado si ocultas tus emociones. ¿Y quién afirmó que todo esto fuera cierto? ¿Cuantas personas hay que se han hecho millonarias haciendo aquello que les agrada? ¿Por qué razón ocultar aquello que somos y que nos hace diferentes y singulares? ¿Desde en qué momento una buena carcajada hace daño a absolutamente nadie?

Hemos crecido ceñidos en una sociedad infestada de prejuicios absurdos que, indudablemente, es hora de ir suprimiendo. Y qué mejor forma puede haber que la de enseñar a nuestros hijos en ideas y valores opuestos a los que nos inculcaron a nosotros.

Desaprender lo aprendido

No es labor fácil cambiar todo lo adquirido a lo largo de años y años de educación, y es que es una de las partes más esenciales que hacen de nosotros lo que somos. Por todo ello es esencial meditar sobre la clase de persona que nos agradaría que fuesen nuestros hijos el mañana, y poder darles de esta forma una educación acorde a esas esperanzas. Si logramos inculcarles estos valores desde niños indudablemente contribuiremos a la construcción de una sociedad diferente y mismos habrán interiorizado este aprendizaje y van a saber transmitirlo a las generaciones venideras.

«Existen tantas felicitaciones como personas hay en el mundo»

Lo que está claro es que todos queremos lograr la felicidad, es la meta esencial de todo humano y, indudablemente, es exactamente lo mismo que queremos para nuestros hijos. Por consiguiente, nuestra labor habrá de ser siempre y en toda circunstancia la de asistirles a adiestrar los aspectos que inciden en la dicha de forma directa, pues está a nivel científico probado que la dicha se puede entrenar igual que los músculos en el gimnasio. Existen numerosas herramientas que nos ayudasen en esta labor.

Reflexión y observación.

Es esencial que nos paremos a meditar cuáles son nuestras esperanzas. No se trata de que decidamos por nuestros hijos lo que deseen ser el mañana, ni que debamos dirigir sus vidas. No puede haber solamente opuesto a lo que pretendemos trasmitir acá. Se trata de que tengamos claro qué clase de personas deseamos que sean. Supongo que todos deseamos que nuestros hijos sean personas educadas, solidarias, sensibles y una larga lista de cosas más, mas sobre todo deseamos que sean felices. Para asistirlos en este aspecto deberemos pararnos a observarlos, no solo a ellos, sino más bien asimismo al exterior, así vamos a poder hacernos con todas y cada una aquellas herramientas que les asistan en su estado sensible.

Lectura

Es bien interesante saber lo que afirman los estudios científicos, la opinión de especialistas y del público normalmente. Cada vez hay más publicaciones sobre la felicidad, en tanto que cada vez damos más relevancia a la administración de nuestras emociones y por ende es un tema tratado con creciente frecuencia.

No vamos a poder asistir a nuestros hijos a lograr esta meta si no conocemos sus puntos de vista, sus esperanzas y sus ilusiones. La dicha es un término muy abstracto que se materializa con diferentes elementos para cada persona. Si nos paramos a meditar en esto podemos decir que existen tantas felicitaciones como personas hay en el mundo. Es preciso charlar con nuestros hijos para saber de qué forma desean llenar su felicidad, en tanto que podemos guiarles, mas solo pueden hacerlo de la forma conveniente, y para esto necesitaremos muchas, muchas horas de charla.

Juego

Cada vez se emplea más el juego como herramienta de aprendizaje y asimismo a ser felices podemos jugar. Si bien la dicha en sí no es un juego, sino se trata de una cosa realmente seria, es verdad que jugando podemos aprender realmente bien a adiestrar nuestra dicha. Debemos resaltar acá el Juego de la Felicidad. Se trata de una poderosa herramienta basada en investigaciones científicas que nos asisten a adiestrar la dicha de una forma lúdica y entretenida, nos ayuda a conocernos mejor a nosotros mismos y a quienes nos rodean.

Una de nuestras tareas como progenitores no es más que asistir a nuestros hijos a ser felices. Como hemos visto, conocer el término de dicha de cada uno de ellos, informarse y charlar sobre ello, resultan buenas herramientas para lograr dicho objetivo. ¿Comenzamos?

¡Haz clic para puntuar esta entrada!
(Votos: 0 Promedio: 0)