Los niños suelen ser fotografiados durante las actuaciones o eventos escolares, pero ¿qué pasa con los hijos de otras personas? No podemos controlar ni conocer directa o indirectamente la difusión de fotos de nuestros hijos en las redes sociales.
Hace unos (pocos) años, estaba en el colegio como un ángel «de verdad», se acercaba la Navidad y representé a uno de esos seres espirituales que suelen salir en todo buen belén en la representación de este año. Vestida de pies a cabeza con una túnica azul cielo que me hacía ver divina, y con alas plateadas, interpreté mi papel mientras mis abnegados padres filmaban mis aventuras en el escenario.
Recuerdo todo claramente en esas fotos. La mayoría de ellos, sin embargo, están acompañados de árboles de Navidad, estrellas y otros personajes habituales en esta época del año, chicos y chicas reconocibles en el papel.
Mis padres sí encontraron fotos, pero no eran comunes. Por otro lado, la tecnología de la información actual hace que, en cierta medida, perdamos el control sobre su transmisión.
¿Qué sucede en el momento en que unos progenitores no desean que absolutamente nadie tenga un recuerdo sobre sus hijos, y mucho menos verles en la página web?
¿Qué afirma la Ley en lo que se refiere a sacar fotografías a menores?
La Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal (LOPD), establece que cuando se toman fotografías de menores de edad, primero hay que determinar si pueden ser consideradas como datos personales.
Se entiende por datos personales: cualquier información numérica, alfabética, gráfica, fotográfica, sonora o de otro tipo relativa a personas físicas identificadas o identificables. (Artículo cincuenta y uno del Reglamento de desarrollo de la LOPD).
En el caso de los menores de catorce años, se requiere el consentimiento de los padres o tutores legales (véase el sitio web de la escuela) para la realización de fotografías y grabaciones de vídeo o para su posterior publicación en Internet, pudiendo ejercer en caso contrario su derecho a negarse.
¿Qué ocurre en las funciones o bien en el contexto escolar?
La mayoría de los padres firman un formulario de consentimiento para permitir que la escuela tome fotografías y videos de sus hijos y los coloque en el sitio web de la escuela con fines educativos. Para evitar inconvenientes, varios centros educativos han establecido recientemente medidas de protección para el acceso a la intranet donde se pueden ver los documentos que contienen fotografías, de modo que sólo los padres y los profesores pueden acceder a ellos.
Muchos de los inconvenientes están relacionados con las acciones de otros padres que deciden publicar o colgar fotografías en Internet. La Agencia Española de Protección de Datos ha publicado unas recomendaciones en las que señala que no es conveniente publicar fotografías en las que se pueda identificar a un niño, por ejemplo, situándolo en el contexto de la escuela y/o de determinadas actividades.
¿Por qué razón desde un centro se da la posibilidad de tener fotografías?
Conservar un recuerdo para toda la vida de un momento de su vida escolar.
Las familias no están acostumbradas a ir de viaje y otras no pueden asistir a las fiestas por falta de tiempo. Con fotos y vídeos, no se perderá ninguna de las actividades.
Muestra las imágenes a otros miembros de la familia. Los auditorios y centros deportivos no están diseñados para familias enteras, sino que suelen ser pequeños.
Promocionar las actividades que se realizan en el centro (prensa escolar, anuarios, página web).
Utilizar como material audiovisual para complementar las ceremonias de graduación o las reuniones de padres.
¿Por qué razón no firman ciertos progenitores?
Compruebe dónde, cuándo y para qué se transmite la información sobre su hijo.
Comprueba los materiales compartidos sobre tu hijo (no publiques la parte del vídeo en la que el niño busca aceite en sus fosas nasales).
No muestre en público las deficiencias que pueda tener su hijo (limitaciones en el habla, movimientos bruscos, etc.).
Evitar los problemas causados por el acoso.
Proteja la identidad de su hijo. Esto suele hacerse en los casos en que el niño está protegido por la ley (abuso, explotación, etc.).
¿Qué ocurre si unos progenitores no permiten?
Los padres pueden negarse a firmar un formulario de consentimiento. Es su derecho y no debería haber consecuencias.
El conflicto surge cuando esta decisión individual afecta a un grupo de estudiantes. En el caso de actividades en grupo, como fiestas o excursiones, la escuela y los demás padres no podrán obtener fotografías de sus hijos si muestran a un niño cuyos padres no han dado su consentimiento.
Esto es bastante embarazoso para cualquier padre que quiera preservar el momento.
La búsqueda de alternativas en los centros suele conducir a una de estas dos opciones:
- Está prohibido llevar cualquier tipo de documentación y utilizar cámaras o teléfonos móviles.
- Limitar la participación al alumno que no puede exponerse. Trabajar entre bastidores en los festivales: gestionar la música, la iluminación, el vestuario, etc. Pueden actuar como reporteros gráficos durante las salidas al campo con todas las consecuencias.