El Acoso escolar o bien Acoso escolar está en todas y cada una partes.
En todos y cada uno de los centros de educación hay niños y adolescentes que son víctimas del acoso escolar y otros que aprenden comportamientos antisociales.
Los resultados conseguidos de los estudios científicos efectuados sobre su incidencia reflejan que todos y cada uno de los estudiantes tienen contacto con el acoso escolar así sea como víctimas, como atacantes o bien como espectadores, siendo esta última la experiencia más usual.
Entre un veinte por ciento y un treinta por ciento de estudiantes padecen agresiones, y se calcula que entre el tres por ciento y el diez por ciento de los pupilos padecen de victimización grave.
El bullying es más usual en varones que en mujeres, tanto como víctimas como atacantes. Con respecto a la edad, la frecuencia de aparición es mayor en la etapa de primaria y reduce conforme los chavales van medrando, si bien tristemente no desaparece. En lo que se refiere a la duración, hay un porcentaje muy elevado de víctimas sometidas a acoso a lo largo de su vida escolar.
El sicólogo sueco Dan Olweus, maestro en la Universidad de Bergen y uno de los vanguardistas en la investigación en este campo, dio la próxima definición de lo que es el bullying:
“Una persona es acosada cuando es expuesta, reiteradamente y de forma prolongada en el tiempo, a acciones negativas por la parte de una o bien más personas. Es una acción negativa cuando alguien intencionalmente causa, o bien trata de ocasionar, daño o bien molestias a otro.”
La catedrática de Sicología de la Universidad de Córdoba, Rosario Ortega, agrega a este comportamiento las próximas cualidades: inmoral, infundado y también inadmisible.
El acoso escolar se sosten en 2 leyes fundamentales
· El esquema dominio-sumisión: el atacante domina a la víctima, que queda impotente frente a él.
· La ley del silencio: el conjunto lo reconoce y lo admite pese a saber que es un comportamiento inmoral y también inapropiado, y acaba por normalizarlo. El acontencimiento es invisible para los adultos.
Desde hace unos años se estima que en el proceso de acoso no solo intervienen los atacantes sino más bien asimismo los individuos que están presentes cuando el acoso se genera, los espectadores, que son los responsables de su mantenimiento.
La relevancia del conjunto es esencial en el momento de abordar este problema: la víctima termina apartada. El conjunto es tan esencial que si toma medidas para detener el acoso, este concluye.
Es esencial aclarar los factores que intervienen en el desarrollo de este comportamiento social por el hecho de que muy frecuentemente las situaciones llegan a ser tan extremas que hay niños y adolescentes que no aguantan la presión y deciden suicidarse.
Las consecuencias del acoso
Dejan marcas en víctimas y atacantes, mas no solo en ellos sino más bien asimismo en todo el estudiantado, en el profesorado, en las familias y en la sociedad en conjunto.
Vamos a ver ciertas de ellas:
Para las víctimas las consecuencias de vivir este proceso son muy numerosas y muy graves, puesto que no debemos olvidar que son experiencias traumáticas que a veces padecen a lo largo de años.
Entre ellas se hallan las siguientes: sentimiento de soledad, inconvenientes de autoestima, fobia y rechazo al centro escolar, trastornos sicosomáticos, trastorno de agobio postraumático, ansiedad, fobia social, accesos de pánico, depresión, descalabro escolar, insatisfacción, inseguridad, indefensión y la más preocupante, el suicido.
Es preciso que estos chicos reciban tratamiento sicológico para mitigar los efectos de estas experiencias y prevenir inconvenientes psicopatológicos a lo largo de su desarrollo y en su vida adulta.
Debido a la pluralidad de secuelas sensibles y comportamentales, el tratamiento debe ser ceñido a cada paciente en función de su idiosincrasia.
Para los agresores las consecuencias asimismo son fundamentales. Su aprendizaje es totalmente inapropiado pues logran sus objetivos mediante la violencia y sin padecer consecuencias negativas. Estos comportamientos pueden seguir en su vida adulta (en el trabajo, en el campo familiar, en su campo social con amigos o bien vecinos…). En el peor caso pueden terminar siendo criminales.
Es evidente, que estos chavales asimismo deben ser objeto de intervención sicológica para trabajar las causas que les han llevado a portarse de esta forma y alterar su conducta.
Para los espectadores el acoso escolar asimismo tiene consecuencias: asimilan de forma incorrecta lo que es el comportamiento social, las reglas de convivencia y la resolución de enfrentamientos. Además de esto, aprenden un patrón de conducta desadaptado frente a las situaciones de injusticia, que aceptan y minimizan, y se acostumbran a vivir en un entorno hostil que les impide desarrollar la empatía precisa para desenvolverse en sociedad. Muchos de ellos viven estas experiencias con un enorme malestar, lo que complica el normal funcionamiento del sala.
Es importantísimo ser rapidísimos en descubrir una situación de acoso para ponerle fin a la mayor brevedad. Por las consecuencias que tiene en el desarrollo sensible, social, físico y también intelectual de niños y adolescentes, su detección debe ser un tema prioritario en todos y cada uno de los centros escolares. La implicación del profesorado es definitiva en la prevención y la detección, mas asimismo en el momento de dar testimonio en la evaluación forense.
Las investigaciones señalan que los profesores acostumbran a ignorar estas situaciones y solo actúan en el quince por ciento de los casos. Ignorar el acoso deja desamparada a la víctima, fortalece la actitud del hostigador y transmite a los espectadores que lo que vale es la ley del silencio.
La sensibilización del profesorado, de progenitores y familiares, y del personal no enseñante del centro, es esencial para terminar con el acoso escolar.Desde mi opinión es precisa una sensibilización todavía mayor, como la formación de los educadores a fin de que desarrollen estrategias y pautas de actuación dados estos casos. Está probado que cuando los enseñantes toman conciencia del acoso resulta más probable que tomen medidas a que ignoren los incidentes.
La conducta de acoso se genera por la interacción de múltiples variables que confluyen. El contexto general es la sociedad y la cultura, aunque hay variables personales y otras relacionadas con la escuela, la familia y la comunidad. Las actuaciones se deben efectuar desde todas y cada una estas áreas.
Los programas de inteligencia sensible, de adiestramiento en habilidades sociales y asertividad, de resolución de enfrentamientos, o bien de mediación y protocolos de actuación en los centros en casos de acoso, dan resultados bastante prometedores en ciertos países.
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Carmen Moreno Coco
Psicóloga agremiada y Terapeuta Cognitivo-Conductual, Máster de Inteligencia Sensible y también Intervención en Emociones y Salud, por la UCM, Especialista en Terapia Cognitivo Conductual en la Niñez y la Adolescencia por la Universidad Nacional de Educación a Distancia y Máster de Terapia Cognitivo Conductual por el Centro de Sicología Bertrand Russel. Trabaja como maestra y tutora del máster «Inteligencia Sensible y también Intervención en Emociones y Salud» y del curso «Especialista en Intervención en la Ansiedad y el Estrés» de la Universidad Complutense de la villa de Madrid Efectúa su actividad profesional en el campo sanitario y efectúa intervención sicológica con adultos, adolescentes y niños. Hoy día es Cooperadora Honorífica en el Departamento de Sicología Básica de la UCM y también estudiosa en el campo de la Inteligencia Sensible.